Investigadores de todo el mundo andan desde hace tiempo tras la pista de una detección precoz del Alzheimer.
La lucha contra el Alzheimer suele convertirse en una carrera contrarreloj entre los médicos y la enfermedad, pues sus síntomas no se hacen visibles hasta que ya está muy avanzada, lo que hace imposible revertir la dolencia tras su diagnóstico.
"Estamos centrando la investigación para poder actuar en las fases más tempranas de la enfermedad, pues es en esas fases cuando sabemos que se produce la acumulación de depósitos amiloides en el cerebro, lo que muy probablemente esté asociado con la enfermedad", explicó a Efe Murat Emre, profesor de Neurología en la facultad de Medicina de la Universidad de Estambul.
Los depósitos amiloides, una molécula sintetizada por la proteína APP, se acumulan en el cerebro de los afectados de Alzheimer y forman las denominadas "placas seniles", que afectan al funcionamiento cerebral, unos quince años antes de que los síntomas de la enfermedad se hagan patentes.
El neurólogo turco subrayó que uno de los principales problemas a los que suelen enfrentarse los médicos para diagnosticar el Alzheimer es que resulta "complicado diferenciar esta dolencia de otros tipos de demencia, especialmente en casos en que los pacientes son muy jóvenes o no tienen ningún antecedente genético".
Los nuevos estudios parten de la premisa de que los depósitos amiloides del cerebro están directamente relacionados con el Alzheimer, "aunque no todo el que tenga depósitos de esta sustancia en el cerebro vaya a desarrollar la enfermedad", recalcó el investigador.
La acumulación de amiloides en el cerebro tiene un origen genético solo en el 10 % de los casos, mientras que en el 90 % se produce de forma espontánea, lo que todavía complica más el diagnóstico.
"Nos estamos centrando en esa población especial, la que tiene una mutación genética que sabemos que le causará la enfermedad. Les administramos vacunas contra los depósitos de amiloides para ver si, frenando la aparición de estos depósitos, se puede parar el desarrollo de la enfermedad", agregó el especialista.
El objetivo a largo plazo, indicó Emre, es conseguir un sistema de detección temprano que permita desarrollar mejores medicamentos para combatir la enfermedad, algo para lo que todavía hará falta tiempo.
"Los actuales criterios para investigar el Alzheimer son mucho más específicos y mucho más sensibles. Utilizando nuevas herramientas de exploración visual, como la Tomografía por Emisión de Positrones (PET), que permite detectar los depósitos amiloides, podremos hacer diagnósticos más tempranos y fiables", señaló el facultativo turco.
Sin embargo, la técnica del PET -mucho más sofisticada que las resonancias magnéticas que se utilizan habitualmente- resulta cara y, por eso, su uso no está muy extendido. EFE