El uso de antidepresivos ha experimentado un incremento a lo largo de la última década en los países de la OCDE, ha anunciado esa organización, un aumento que puede explicarse parcialmente por la sensación de inseguridad provocada por la crisis económica, según este organismo.
En su informe anual sobre el panorama de la sanidad en sus países miembros, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha añadido que el aumento de la intensidad y de la duración de los tratamientos son otros de los factores que están detrás de ese alza.
Los datos recogidos en este estudio apuntan que, frente a las cerca de 30 prescripciones anotadas en el año 2000, en el 2011, último año comparado, la media aumentó a 56 dosis por cada 1,000 habitantes.
Islandia, Australia y Canadá encabezan los países con las cifras más elevadas, a razón de 106, 89 y 86 dosis, respectivamente, por cada 1,000 ciudadanos, mientras que Corea (13), Chile (13) y Estonia (18) se sitúan en el extremo opuesto.
La OCDE apunta que se están prescribiendo cierto tipo de antidepresivos para formas más ligeras de depresión como la ansiedad la fobia social, y subraya que la pertinencia de su uso ha despertado reservas.
El hecho de que esos medicamentos estén más aceptados socialmente, y que se receten cuando aparecen los primeros síntomas de la depresión, juegan igualmente un papel determinante en el alza constatada.
El organismo añade que su aumento "puede ser parcialmente explicado por la sensación de inseguridad provocada por la crisis económica", y cita como ejemplo a países como España y Portugal.
El factor económico no es, sin embargo, determinante si se tiene en cuenta que en países como Alemania, "menos afectados por la crisis y con una recuperación mucho más rápida", experimentaron un alza del 46 por ciento entre 2007 y 2011.
Otros medicamentos cuyo consumo ha aumentado de forma destacable en la última década son aquellos contra la hipertensión, que prácticamente se han duplicado, hasta las 339 dosis prescritas por cada 1.000 habitantes, y contra el colesterol, que han pasado de las 30 en el año 2.000 a las 91 en 2011, según la OCDE. EFE