Arely Rodríguez es una mujer que a sus cortos 21 años ya conoce lo que es llenarse de fuerza, valentía y fe para enfrentar los problemas más difíciles que puedan aparecer en la vida.
En 2013, la vida de Arely tuvo un cambio drástico. De repente sintió un dolor en su mandíbula que ella misma califica como “horrible” que se intensificó en el lado izquierdo de su rostro; actividades tan comunes como masticar o maquillarse se le tornaban más difíciles.
Arely se vio en la necesidad de consultar con uno, dos, tres y hasta seis médicos la condición que le generaba tanta incomodidad. Sin embargo, ninguno pudo dar un dictamen certero.
El apoyo de su familia fue fundamental para enfrentar todo este proceso. Pero el dolor y los constantes tratamientos tuvieron secuelas más allá de la salud: Arely tuvo que poner pausa a su bachillerato y perdió muchas amistades porque, según ella, “nadie le tiene paciencia a un enfermo”.
“Dejé de estudiar, culpaba a mi enfermedad, se me vino el mundo abajo. Ya no pude seguir, me puse mal. Me dieron mucho medicamentos: tomaba 8 pastillas en la mañana y 8 en la noche”.
Arely Rodríguez
La joven jamás se rindió y llegó a consultar al Centro Internacional del Cáncer del Hospital de Diagnóstico. Para sorpresa de todos ese dolor en la mandíbula no solo era dolor: era un tumor de 2 centímetros alojado en la parte inferior izquierda de su rostro. En términos médicos, se trataba de un mixofibrosarcoma, un tumor que suele darse con más frecuencia en los adultos mayores.
Fue atendida por el neurocirujano Eduardo Lovo y se dieron cuenta que el tumor de Arely debía ser tratado a la mayor brevedad posible. Los médicos optaron por realizarle un tratamiento no invasivo, denominado talamotomía, el primero de esta índole en todo el continente americano.
“El caso de Arely era muy singular ya que había recibido múltiples tratamientos e intervenciones para tratar su dolor. Podríamos decir que este era su ‘último cartucho’”.
Dr. Eduardo Lovo
La operación tuvo lugar en el mes de noviembre del año pasado y gracias a esto y a los tratamientos posteriores, desde el 26 de diciembre anterior Arely ya no ha sentido mayor dolor en su cara. El sufrimiento había acabado después de casi años de cargar con este padecimiento.
Ahora, Arely intenta llevar su vida con normalidad y con más ganas que antes. Gracias a esta novedosa intervención, su sueño de poder ser una arquitecta y la sonrisa de una mujer que quiere superarse sigue intacto.
Esta es solo una de las muchas historias de superación que a diario protagonizan las mujeres, quienes con fuerza, esperanza y determinación logran enfrentar las más difíciles adversidades.
Una mujer digna de admirar con la valentia en alto y la confianza puesta en Dios. A superado esta terrible Prueba y se que luchara por alcanzar sus sueños,te quiero prima <3
Eres una mujer luchadora Te amo !!! hermana y Siempre está Dios con nosotros