De la misma manera en que la actividad física mantiene el cuerpo fuerte, la actividad mental conserva su mente aguda y ágil.
Si sigue aprendiendo y poniéndose retos como estudiar un nuevo idioma, hacer crucigramas, armar rompecabezas, etc., su cerebro continúa creciendo, sin importar su edad, un cerebro activo produce nuevas sinapsis, conexiones entre las células nerviosas que permiten que dichas células se comuniquen entre sí, por lo que ayuda a guardar y recuperar la información con mayor facilidad, incluso si su “materia gris” está coronada con canas.
Aunque es verdad que la gente mayor aprende en forma diferente a la de los jóvenes y tiene más dificultades con la memoria a corto plazo, envejecer no es acercarse de manera automática a la demencia.
Numerosos estudios demuestran que las personas mayores pueden aprender y de hecho aprenden con cosas nuevas. Los ejercicios de memoria y las técnicas para recordar pueden mejorar la memoria y el aprendizaje.
De acuerdo con los expertos de la Clínica Mayo, buscar nuevas oportunidades para aprender, ejercitar las habilidades que ya se poseen y aceptar el cambio, pueden ayudar a mantener la mente en forma sin importar la edad.
“Es necesario tener interés, sin importar la edad, tener 50, 60 o 70 años no significa que uno tenga que hacerse a un lado y renunciar a las cosas”, expresa el Dr. Kenneth Berge de la Clínica Mayo.