Aunque muchas madres lo hacen por instinto, bañar al bebé requiere de cierta delicadeza y cuidado.
Bañar al bebé es una de las primeras tareas que a veces genera un poco de tensión en algunas mamás, sobre todo, cuando son madres primerizas.
Y es que se debe tener en cuenta que, aunque tu madre, tu amiga, tu vecina o tu hermana te ayuden con esta labor los primeros días luego del parto; a través del baño se le transmite al bebé tranquilidad y genera también un vínculo más estrecho entre madre e hijo.
Asimismo, se le proporciona al nuevo miembro de la familia un ambiente de comodidad y tranquilidad para que luego tome una pequeña siesta. Considerando estos beneficios y debido a lo frágil que es el cuerpo de un bebé recién nacido, es importante tener mucho cuidado a la hora de bañar a un infante. De acuerdo con el médico mexicano Julio César Ulloa, antes de ingresar el cuerpo del bebé en la bañera, es necesario contar con un shampoo para bebé, jabón neutro, toalla suave y esponja.
Ya con el agua tibia en la bañera, debes lavarte las manos y comprobar con el codo o la parte interior de la muñeca, si la temperatura es adecuada para bañar al infante. Posteriormente, debes sostenerlo con el brazo derecho, de manera que la cara interna del codo sostenga su cabeza y tu mano llegue a tocar sus glúteos. Inclínalo sobre la bañera y, con la mano izquierda, lávale la cabeza con poco champú.
Después de esto, introduce los dedos de tu mano libre por debajo de la axila y limpia bien. Posteriormente lávale el pecho, los brazos, las manos, las piernas y los pies. Al final, levanta al bebé con cuidado y arrópalo con una toalla suave. Debes empezar a vestirlo de arriba hacia abajo para que mantenga calor.