
Por Javier Maldonado
La espiritualidad y las manifestaciones religiosas de fe sí tienen un impacto emocional entre los creyentes en quienes los estudiosos han descubierto que reflejan la tasa más bajas de ansiedad y depresión frente a desafíos en su salud física y mental.
"Los mecanismos por los cuales la espiritualidad o la religiosidad afectan a la salud mental aún no están del todo claros. Parece que las razones tienen que ver con que quienes asisten a misa o a reuniones similares desarrollan un sentido de pertenencia, una conexión con la comunidad y la sensación de pertenecer a algo más grande", sugiere la plataforma académica Ethic.
Ethic, que aglutina a académicos en diferentes disciplinas en Europa, recuerda que hay estudios que indican que más del 90% de la humanidad sigue creyendo en Dios y que la fe "les proporciona esperanza y resiliencia en tiempos difíciles, al facilitarles un sentimiento de comunidad y conexión con otros favoreciendo la pertenencia a un grupo. Lo definen como algo que les guía en sus decisiones morales y éticas".
Que también la fe "les ayuda a darle un sentido ante la muerte y les aporta cierta trascendencia y paz interior", también reconoce que "quienes no creen ni tienen un fuerte sentimiento religioso afirman que la religión les ha decepcionado".

Mientras que el estudio "Aspectos biológicos y psicológicos de la experiencia espiritual y sus asociaciones con la salud" financiado por la Agencia de Subvenciones de la República Checa y realizado por la Universidad Palacký de Olomouc, reveló que "la mayoría de los estudios" encuentran una asociación positiva entre la religiosidad y la espiritualidad y aspectos de la salud mental, "como una mayor satisfacción y sentido de la vida, una menor prevalencia de ansiedad y depresión, tendencias suicidas y abuso de sustancias, y un mejor funcionamiento cognitivo".
"La religión y la espiritualidad aparecen como factores de protección para una buena salud mental según los estudios y ayudan a aumentar el bienestar emocional, debido a que fomenta el sentimiento de pertenencia y ayuda a evitar la soledad y el aislamiento, que son factores de riesgo negativos para la salud mental", reflexiona Ethic.
Es así como se alimenta la espiritualidad a través de la pertenencia, la meditación, oraciones y solidaridad humana.
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