Un estudio reciente sugiere que la dieta del padre antes de la concepción puede tener un impacto significativo en la salud futura de sus hijos. Publicado a principios de este mes en la revista científica Nature, la investigación fue llevada a cabo por el grupo de investigación Helmholtz Munich. El estudio analizó datos de salud de más de 3.000 familias y encontró una relación entre el peso corporal de los padres y la salud de sus descendientes, incluso al considerar factores como la genética, la salud materna y los factores ambientales.
El equipo de Helmholtz Munich descubrió que los efectos de la dieta del padre parecen concentrarse en un breve período alrededor del momento de la concepción. Las pruebas de laboratorio que complementaron el estudio sugieren que estos impactos pueden limitarse a días o semanas antes y después de la concepción.
Raffaele Teperino, jefe del departamento de epigenética ambiental de Helmholtz, subrayó en una rueda de prensa la importancia de prestar más atención a la salud preventiva de los hombres que desean ser padres, especialmente en relación con su dieta. “Esto puede reducir el riesgo de enfermedades como la obesidad y la diabetes en los niños,” afirmó Teperino.
Para corroborar estas observaciones en humanos, los investigadores realizaron experimentos con ratones. Analizaron muestras de esperma de ratones sometidos a dietas altas y bajas en grasas. Los resultados mostraron que los ratones alimentados con dietas altas en grasas durante solo dos semanas produjeron crías con un mayor riesgo de enfermedades metabólicas, como una menor tolerancia al azúcar y resistencia a la insulina, características centrales de la diabetes.
Comparando sus hallazgos en ratones con datos genómicos humanos, los investigadores identificaron firmas genéticas similares entre los ratones con dietas altas en grasas e intolerancia al azúcar y los casos de obesidad infantil en humanos. Sin embargo, también observaron que esos efectos parecían ser reversibles. Cuando los ratones volvieron a dietas normales durante cuatro semanas adicionales, las crías no mostraron los mismos problemas de salud.
El estudio se suma a un creciente cuerpo de investigación sobre el ARN mitocondrial, que es material genético separado del núcleo de las células y puede influir en la activación de genes en las primeras etapas del desarrollo. Anteriormente, se creía que solo el ARN mitocondrial materno afectaba la salud de los descendientes. Sin embargo, las investigaciones como la de Helmholtz sugieren que tanto los padres como las madres pueden influir genéticamente a través del ARN mitocondrial.
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