El mensaje que traen los celos es claro: tenemos miedo a que otro ocupe nuestro lugar. Y también nos marcan el camino, las inseguridades que debemos mejorar.
Ahora, existen algunas estrategias psicológicas que nos permiten controlar y gestionar los celos, hasta el punto en que sepamos interpretarlos correctamente.
CÓMO Y CUÁNDO. Observa en qué circunstancias tu pareja “te pone” celoso. A veces se trata de una persona; otras veces, de situaciones o actividades. Determina qué elementos se dan ahí que puedan atraer a tu pareja.
ANALÍZATE. Deja que la intensidad de los celos se calme y, en soledad, pregúntate: “¿Qué tiene esa persona que yo no tengo?”. Si se trata de una actividad: “¿Qué obtiene ahí que yo no puedo darle?” o “¿qué le da a esa actividad que no te da a ti?”. Por ejemplo: “Me siento celosa de la pasión que pone en el fútbol”.
SOLUCIONES. Observa si las respuestas anteriores te estimulan nuevas formas de crecer o de volver a cuidar aspectos que habías descuidado y revitalizar así la relación. Por ejemplo: “Cuando observo su pasión por el fútbol, puedo preguntarme: ¿qué ha pasado con la pasión que alguna vez experimentamos?, ¿cuál será la mejor manera de volverla a encontrar?, ¿qué actividades en común podríamos desarrollar que nos gusten a ambos?”.
¿ADMITES SU MUNDO? Pregúntate: “¿Puedo admitir que mi pareja encuentre situaciones de placer fuera de mí?”. Por ejemplo, la diversión que le proporciona esa cena mensual con sus amigos o unas vacaciones por su cuenta para practicar su deporte favorito.
QUÉ ES ‘ACEPTABLE. Los límites entre “lo aceptable” y “lo inaceptable” en lo que tu pareja hace serán siempre materia de eterna discusión. Naturalmente, no es lo mismo aceptar que converse amablemente con una compañera de trabajo que salga con ella por la noches. Es necesario ponerse una mano en el corazón para cuestionarse si se desea poner prohibiciones a conductas que no tienen nada de objetables. La pregunta sería: “¿Qué me está pasando?”, “¿qué pasa con mi seguridad?”
¿ACEPTAS TUS LÍMITES? También hay que trabajar para aceptar que no puedes serlo todo para el otro, de la misma manera que el otro no puede serlo todo para ti. La relación se nutre de espacios propios y espacios compartidos. En cada pareja varía la proporción, pero lo común a todas es la necesidad de espacios propios.
REENFOCA LAS SITUACIONES. Vuelve a contemplar las situaciones desde lejos y enfócalas hacia “lo que a mí me pasa”, y no tanto hacia lo que el otro hace. Seguramente, si eres absolutamente sincero, descubrirás que debajo de los celos está la duda: “¿Soy suficiente?”, “¿soy merecedor de amor?”. En el caso de que realmente no te sientas suficiente, busca un lugar tranquilo, toma lápiz y papel, y haz un listado sincero de todas las razones por las cuales lo crees.
REVISA TUS CREENCIAS. Repasa las razones que te dicen que eres inferior y date cuenta de que son viejas ideas sobre ti mismo, que te han acompañado toda la vida y te impiden ser merecedor de amor. Son esas creencias las que fomentan los celos. Nadie necesita ser perfecto, cada uno es digno de amor tal cual es.
FUENTE: Cuerrpoymente.com
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