Por lo general, la mayoría de las relaciones que no son monógamas acostumbran a ser relaciones abiertas de pareja. En ella, ambos participantes del vínculo pueden tener encuentros sexuales fuera de la relación y, a veces, pueden llegar a ser frecuentes con una misma persona.
Las relaciones abiertas se diferencian del poliamor en que este permite que haya más de una relación comprometida fuera del vínculo.
Además, en las parejas libres se encuentran a los swingers, personas que solo permiten los encuentros sexuales fuera de la relación en determinados momentos, como puede ser en fiestas o en celebraciones especiales.
Una pareja abierta también tiene su lado negativo. Según diversos estudios psicológicos, se encuentran algunas desventajas como:
Celos y problemas de autoestima: El principal problema que podemos encontrar en una relación abierta según la psicología son precisamente los celos que puede surgir de las otras relaciones sexuales. Es completamente normal que aquellas personas que carecen de una buena autoestima puedan sufrir este dolor en las relaciones abiertas. Además, una relación abierta con celos nunca podrá mantenerse en el tiempo ya que es imposible convivir con estos sentimientos en un vínculo afectivo.
Dolor emocional: Las relaciones abiertas pueden suponer un dolor para una de las partes del vínculo debido al miedo o temor de que el otro participante sea más feliz fuera de la relación. Este tipo de sentimientos pueden derivarse también a causa de una falta de autoestima.
Riesgos de infecciones sexuales: Otro de los problemas de las parejas libres puede ser las enfermedades de transmisión sexual. Es esencial establecer algunas reglas para no padecer este tipo de consecuencias en una relación abierta.
Adicción sexual o pérdida de la libido: La hipersexualidad puede generarse a través de una relación abierta mal llevada. El estrés para complacer a diversas personas puede llevar también a perder la libido en la relación.
FUENTE: Mundopsicologos.com
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