Desde siempre el anhelo de tener un hijo forma parte de la naturaleza de los seres humanos y muchas veces el proceso es más complicado del que se piensa, ya que el poco interés en la edad temprana en el tema de los hijos puede dejar pasar problemas que más tarde afecten a la hora de querer concebir.
La infertilidad ocurre cuando una pareja con el objetivo claro de querer tener un hijo no lo logra a pesar de tener relaciones sexuales sin protección con regularidad.
Al 50% de parejas les cuesta quedar embarazados, esto debido a que existe una ventana de fertilidad de la mujer y muchas parejas no eligen el momento oportuno para tener la relación sexual que la aproveche.
Los problemas de fertilidad no son solamente de la mujer, según estudios el 30% de problemas de fertilidad pertenecen a la mujer, otro 30% pertenece al hombre y entre el 30% y 40% restante es un problema de ambos.
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Algunos de los problemas que las mujeres pueden presentar a la hora que querer concebir un hijo son:
Óvulos que se agotan o de mala calidad
Uno de los problemas es el retraso en la edad a la que se tiene el primer hijo, esto produce un problema de infertilidad en las mujeres producto natural de la propia edad.
Las mujeres nacen con un número de óvulos que con el tiempo se van agotando, después de los 35 años las dificultades para concebir un hijo aumentan, caso contrario al de los hombres que pueden ser fértiles hasta el final de su vida.
Problemas de ovulación
Pueden ser provocados por desajustes hormonales que afectan al sistema reproductor, como el síndrome del ovario poliquístico, anovulación por trastornos del eje hipotálamo-hipofisario y algunas enfermedades de la glándula tiroides.
La anovulación es cuando el ovario de una mujer no produce, madura o libera un óvulo, una señal que indica la presencia de posibles problemas de ovulación es tener periodos muy irregulares o no tenerlos.
Infecciones no tratadas
Hay muchas infecciones de transmisión sexual (ITS) que pueden comprometer la fertilidad, la clamidia es una de las ITS más comunes y puede provocar la enfermedad inflamatoria pélvica, un cuadro infeccioso que provoca fiebre y dolor en la zona de la pelvis.
Sin un buen tratamiento podrían permanecer en el cuerpo y favorecer a la aparición de otros problemas, muchas de estas enfermedades no producen síntomas en mujeres.
Muchos de estos trastornos pueden ser controlados si se diagnostican a tiempo y no producir ningún problema al momento de la concepción, para esto se recomienda a las mujeres realizar consultas periódicamente y expresar la intención de ser madre para que se tomen en cuenta algunos problemas y que pueden ser solucionados.
También es recomendable no retrasar tanto la maternidad, ya que la posibilidad de embarazo se va reduciendo con la edad. Entre los 40 y 45 años, las posibilidades de embarazo se reduce a un 5%.
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