Es normal sentir estrés, angustia, ansiedad y preocupación durante y después de un desastre. Cada persona reacciona de manera diferente y sus propios sentimientos cambiarán a lo largo del tiempo. Pon atención cómo te sientes y acéptalo. Cuidar tu salud emocional durante una emergencia te ayudará a pensar con claridad y a reaccionar a las necesidades urgentes para protegerte y proteger a tu familia.
Toma las siguientes medidas para enfrentar un desastre:
- Cuida tu cuerpo: Trate de comer alimentos saludables y bien balanceados, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente. Evita el alcohol, el tabaco y otras drogas.
- Comunícate con otras personas: Habla con un amigo o familiar sobre cómo te sientes y qué te preocupa. Mantén relaciones saludables y establece un sistema de apoyo sólido.
- Toma descansos: Tómate un tiempo para relajarte y para acordarse de que las emociones fuertes pasarán. Trata de respirar profundamente varias veces y de hacer actividades que normalmente disfrutas.
- Mantente informado: Puede que te sientas más estresado o nervioso si crees que no tienes toda la información. Ve, escucha o lee las noticias para estar al tanto de la información actualizada por las autoridades. Ten en cuenta que durante una crisis pueden circular rumores, especialmente en los medios sociales. Verifica siempre de dónde proviene la información y recurre a fuentes confiables, como las autoridades gubernamentales locales.
- Evita exponerte demasiado a las noticias: De tanto en tanto deja de ver, leer o escuchar las noticias. Escuchar acerca de la crisis y ver imágenes reiteradamente puede provocar angustia.
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- Busca ayuda cuando sea necesario: Si la angustia afecta Tus actividades de la vida cotidiana por varios días o semanas, habla con un líder de su comunidad religiosa, un consejero o un médico.
Presta atención a estos signos comunes de angustia:
- Sentimientos de miedo, enojo, tristeza, preocupación, insensibilidad o frustración
- Cambios en el apetito, la energía y los niveles de actividad
- Dificultad para concentrarse y para tomar decisiones
- Dificultad para dormir o pesadillas
- Reacciones físicas, como dolores de cabeza, dolores corporales, problemas estomacales y sarpullidos
- Empeoramiento de los problemas de salud crónicos
- Aumento en el consumo de alcohol, tabaco u otras drogas
Si presentas estos sentimientos o conductas por varios días seguidos y no puedes cumplir con sus responsabilidades cotidianas debido a eso.