Difícilmente alguien adivinaría de primeras cuál es el producto que ha multiplicado sus ventas en los supermercados durante las últimas fechas. Ni siquiera dando pistas. No es el papel higiénico ni ningún producto de los considerados habitualmente como básicos. Tampoco vino, cerveza o algún otro tipo de bebida. Es el bicarbonato de sodio. Sorprendente, pero cierto.
La razón que explica este éxito de ventas de un producto que suele pasar desapercibido como este es que sirve para limpiar y desinfectar la ropa y alimentos como la fruta o la verdura. Eso sumado a que nos encontramos en plena pandemia del coronavirus explica por sí solo este fenómeno que se está produciendo. La insistencia de las autoridades sanitarias en la importancia de la higiene y las medidas de prevención han sido decisivas para que se produzca el incremento en las ventas de este compuesto sólido cristalino que se disuelve en el agua.
¿Qué es el bicarbonato de sodio?
Es un antiácido de absorción rápida y actúa “como alcalinizante sistémico y urinario” de acuerdo a esta definición del sitio Vademecum. Sin embargo, mantener un pH alcalino no incide sobre el nuevo coronavirus.
Te puede interesar: Beneficios del bicarbonato para la belleza
Hasta ahora, no existe una vacuna ni otro antídoto contra el COVID-19. En su sitio web oficial, la Organización Mundial de la Salud (OMS) entrega un listado de consejos para prevenir el contagio, pero no informa nada relacionado con el uso del bicarbonato de sodio ni una cura contra este nuevo coronavirus: “Aunque algunos remedios occidentales, tradicionales o caseros pueden proporcionar confort y aliviar los síntomas de la COVID-19, no hay pruebas de que los medicamentos actuales puedan prevenir o curar la enfermedad”.
Tampoco se menciona en el sitio web de los Centros para el Control y Prevención de enfermedades de Estados Unidos (CDC); ni entre las recomendaciones del Centro Europeo para la Prevención y el Control de enfermedades (ECDC).
Cristian Paredes, académico de la Facultad de Química y Farmacia de la Universidad Católica de Chile explica que, al igual que el mito de las gárgaras de sal para curar el coronavirus, “nada que nos apliquemos de forma local tendrá impacto si ya estamos contagiados”. Es decir, explicó Paredes, cualquier tratamiento que se aplique de forma local (en este caso, sobre la garganta haciendo gárgaras), no podrá prevenir el contagio ni curar la enfermedad generada por el virus.
Te recomendamos: ¿El enjuague bucal reduce la transmisión del COVID19?
“El virus, una vez que logra ingresar a nuestro cuerpo por las múltiples puertas de entrada (ojos, oídos, nariz, boca, heridas), se incorpora a nuestras células. Ninguna de las sustancias propuestas interfiere en ninguno de los mecanismos que se sospechan como los que usa el virus para infectar”, explicó Paredes.