¿Has perdido el olfato en las últimas semanas? Quizá este malestar puede estar relacionado con una infección oculta por el virus que produce la enfermedad Covid-19.
Los síntomas más populares de la COVID-19 son la fatiga, la congestión nasal y la tos, con el inconveniente de que no permiten distinguirla de un resfriado común o una gripe. Sin embargo, la infección por el virus SARS-CoV-2 también produce en muchas personas una perdida de olfato (anosmia) y del gusto (disgeusia), que muchas veces pasan desapercibidos para el paciente y también para muchos médicos.
Muchas personas ignoran que la anosmia suele ser unos de los síntomas iniciales y, por lo tanto, puede ayudar mucho a la identificación de personas portadoras del virus en fase iniciales de la enfermedad.
No sientes ni hueles nada
La anosmia, y también las alteraciones del gusto, se han descrito tanto en pacientes graves hospitalizados por COVID-19, como en pacientes con síntomas leves que no necesitaron hospitalización.
Ahora sabemos que en torno al 70% de las personas que son infectadas por el virus presentan anosmia o disgeusia, aunque solo tengan una infección leve. Por tanto, en la situación de pandemia actual, una persona con fatiga, tos y perdida de olfato es sospechosa de tener una infección por COVID-19.
¿Por qué se pierde el olfato si nos infectamos por el SARS-CoV-2?
Los virus pueden afectar la función olfativa de varias maneras. “Podrían atacar varias células en el tejido nasal, induciendo una inflamación local e interrumpiendo la detección de olores. El virus podría desactivar o dañar directamente las células sensoriales de la nariz que detectan los olores. Otra posibilidad es que los virus puedan seguir la ruta del nervio olfativo a través del cráneo y hasta el cerebro, donde podrían causar daños adicionales. Aún se desconoce si este coronavirus causa estragos en nuestro sentido del olfato al matar las neuronas sensoriales olfativas, al interrumpir su función o al impactar de alguna otra manera en los tejidos olfativos nasales, pero ciertamente será un área importante de investigación.
Una pérdida reversible
La buena noticia es que es posible recuperar tanto el sentido del olfato como el sentido del gusto. De que así sea se ocupan en la nariz las células basales, que son las encargadas de volver a formar las neuronas sensitivas olfatorias. En este proceso se tardarían unos 60 días, por lo que, una vez superada la enfermedad, la mayoría de los pacientes deberían de recuperar el olfato en un plazo máximo de 2 meses.