Los padres tienen la oportunidad de acompañarles en este proceso desde el mismo momento del nacimiento. En los primeros meses de vida es importante observar a su hijo y ¡mucho!
Dar libertad al niño o niña para elegir su preferencia lateral es muy importante. El papel de los padres es ayudarle a desarrollar la motricidad en ambas manitas, estimulando los dos lados del cuerpo.
Mientras el bebé comienza a moverse, a desarrollar sus movimientos y conocer su cuerpo, los padres deben ayudar a que abra ambas manos por igual, que se voltee boca arriba o boca abajo hacia ambos lados y que utilice ambas manos para ayudarse en el gateo.
Si nota que algo de esto no sucede así, puede hacer lo siguiente:
• Ayudarle a que utilice la mano que usa menos, o el pie que nunca apoya para ponerse de pie. Por ejemplo, puede colocar un sonajero que le gusta al alcance de la mano que menos mueve, impidiéndole que use la otra.
• Guiarlo a tomar objetos entre los dedos pulgar e índice. Es importante que sea capaz de realizar “la pinza” con ambas manos, dado que este es el movimiento básico para, años más tarde, tomar el lápiz.
Cerca de los 30 meses pueden realizar multitud de actividades como rompecabezas, construcciones, manejo de dados, identificar objetos por el tacto usando la mano dominante, cepillarse los dientes, abrir una puerta, peinarse, comer, y más.