Como padres es importante conocer la diferencia entre proteger y sobre-proteger a los hijos. La segunda puede ser perjudicial para el desarrollo y crecimiento del niño.
Es importante tener claro que los extremos no funcionan, y que la sobreprotección es perjudicial para los hijos. Ni muy protegido, ni con mucha libertad. Así lo considera la Licda. María Luz Gutiérrez, especialista en derechos humanos y adolescencia, quien visitó El Salvador con motivo de presentar el estudio global de Oreo, sobre las presiones que consumen a los niños.
El tiempo debe aprovecharse tanto en calidad como en cantidad. Compartir con los hijos continuamente, o conversar sobre alguna serie o juego que les guste, le ayudará a conocerlos mejor y a establecer normas y reglas, dice Gutiérrez.
“A veces los padres creen que ponen límites, pero lo que realmente están haciendo es violentándolos. Si se quiere disciplinar a los hijos, usted lo está haciendo para toda la vida, y si los castiga solo es para cuando papá o mamá estén presentes, afirma la profesional.
Muchos padres piensan que siempre estarán en la vida de sus hijos y los exponen a riesgos, cuando el niño viva cualquier situación donde el padre no esté y no sepa manejar correctamente lo que le suceda.
¿Por qué hay padres sobreprotectores?
Generalmente la sobreprotección se da por inseguridad en los padres y falta de conocimiento del daño que ocasionan. “Al ser padres sobreprotectores, el desarrollo de los hijos se ve afectado, crecen con inmadurez, inseguridad, tienen baja autoestima, son poco luchadores, tienen un vacío existencial, creen que todos los consentirán igual y son seguidores, no lideres, no saben defenderse”, explica la Dra. Margarita Mendoza Burgos, psiquiatra y terapeuta familiar