Todos somos creadores, ¿pero en verdad existen las varitas mágicas para dar un giro completo y diferente a nuestra vida? ¿Existen auténticos “remedios” para atraer el bienestar a mi existencia? Porque al final, la llave la tenemos echada por dentro, lo que significa que solo nosotros podemos aportar auténticas soluciones a nuestra situación.
“Aunque la mayoría de las personas no van hacia ninguna parte, es un milagro encontrarse con una que reconozca estar perdida". Estas palabras del filósofo José Ortega y Gasset (1883-1955) siguen vigentes en la actualidad. La verdad es que muchas de las situaciones que pasan adentro, más allá de la piel que habitamos, no son comprendidas y por lo general no nos tomamos el tiempo para conocerlas, comprenderlas y sanarlas.
Es mucho más fácil no saber nada. No involucrarte con nada, ni con nadie, menos contigo mismo. Y así vivir una vida en la superficie hasta que “algo”, “alguien”, el universo se mueva y permita que tengas una sacudida que te impida seguir ignorándote; deslizándote por una vida muchas veces vacía y sin sentido, pero cómoda.
Enfrentarnos a lo que nos duele, a esa sensación de soledad, apatía, hastío, que puede acentuarse mucho más en días festivos, que destacan el amor, la familia, los amigos, etc., No es fácil, pero es sano. Escudriñar con ayuda y con auto-ayuda las raíces profundas de la incapacidad de entregarme en una relación, de confiar en un amigo, de confiar en mí nuevamente y perdonarme…de creer en que nadie busca herirme de nuevo. Es vital para el desarrollo de mi mente, mi alma y mi cuerpo. De lo contrario me convierto en un lago de agua estancada.
La emogestión entonces se convierte en un bastión donde me apoyo y me regenero. Es identificar claramente lo que me pasa, enfrentarme con valor a las emociones que experimento, sean inconfesables o no. Comprenderme y sanarme.
Siempre he dicho que el primer paso para la sanación o liberación, es la comprensión. No se sana lo que no se conoce y muchas veces hemos sepultado por tanto tiempo una experiencia, (su recuerdo, la emoción que sentimos)…que ya no sabemos identificarla. Pero el Alma es sabia, ella solo busca liberarse, sanarse, quitarse los lastres que le impiden evolucionar y por ello, tarde o temprano atrae algo que se volverá el “detonador” para que la presa emocional sea rota y el agua de los sentires fluya y refluya hasta que esté limpia y clara.
No hay nada más liberador que conocerse, pero si estás perdido, reconocer que estás perdido es el primer paso para enrumbar de nuevo tu vida, a caminos más acertados, llenos de amor y de plenitud.
Es momento que valores cómo está tu vida :¿Generas bienestar a tu existencia o eres tu peor enemiga?. ¿Has revisado últimamente la calidad de pensamientos que tienes? ¿Has evaluado si tu existencia está beneficiando a otros o te has mantenido en tus 4 ladrillos de comodidad? ¿Cuentas con una pareja y amigos que te hacen crecer? ¿Eres feliz, pese a las pruebas o tu corazón está lleno de amargura? Recuerda: Todo se puede sanar, pero depende mucho de tu actitud ante los hechos.
Primero lo primero. Enfréntate a la verdad. Haz un círculo de evaluación de las áreas de tu vida. En el centro estarás tú y luego: Familia, Trabajo, Salud, Entorno económico, Pareja, Tiempo contigo misma o tiempo de emogestión. Comunidad Relaciones personales. A cada área asígnale una nota subjetiva en una escala de 0 a 10 (donde 0 es totalmente negativo y 10 es excelente). Luego vuelve a evaluar y pregúntate a qué nivel te gustaría llevar cada área.
Por último “esfuérzate y se valiente”, si necesitas ayuda, búscala. Nadie da lo que no tiene y en cada individuo existe la responsabilidad de tocar para bien, por lo menos a 100 almas más. Ese es el único pase a la felicidad: servir a los demás. Sal de tu capullo y verás que la vida tiene mucho para darte.
Por:
Verstat Bohintuk
Psicóloga transpersonal-Terapeuta Holística
Terapias de Liberación
www.yoganatura.blogspot.com