El cansancio se define como la falta de fuerzas para realizar nuestras actividades diarias. Aunque involucra aspectos físicos como la pesadez, dolores de cabeza y fatiga, también puede ser emocional. Cualquiera que sea, termina afectando nuestra productividad para realizar las tareas.

La rutina, la pesada carga laboral unida a tus responsabilidades y las relaciones que tienes con los demás, el sueño, mal humor, poca energía, estrés o dificultad para concentrarnos, son algunos de los síntomas, que no logramos aliviar tan fácilmente.

¿Qué debes hacer?

Bájale al estrés: Las preocupaciones que enfrentas y el estrés que has acumulado pueden quitarte el sueño. No dormir bien se convierte en un círculo vicioso al que puedes enfrentarte todas las noches, además de la falta de descanso, esto te genera irritabilidad. Evita pensar en tus problemas sobre todo antes de ir a la cama.

Cuidado con la comida: Ante la falta de descanso, nuestro cuerpo reacciona de forma negativa, puedes sentirte ansioso y por lo mismo, no es que tu apetito incremente, sino tu necesidad de comer, lo curioso es que en esos momentos no se nos antoja un snack nutritivo, sino alimentos con grasa o azucares, debemos evitarlos en exceso y mejor remediarlo con tu fruta favorita.

No descartes el ejercicio: A pesar que te sientas muy agotada, debes tener en cuenta que realizar una actividad física puede relajarte y ayudarte a conciliar el sueño e inyectarte una dosis de energía para el día siguiente.

No olvides hidratarte: El agua es fundamental para que logres evitar el cansancio. Cuando pierdes este vital líquido de tu organismo, además de sentirte fatigada, puede ocasionarte  otras dolencias, como el molesto dolor de cabeza. Mantenernos hidratados, nos ayuda a sentirnos frescos.

No le tengas miedo al despertador: Postergar tu hora de levantarte, ¡no te ayuda! Al contrario, te obliga a salir corriendo de casa y hace que llegues tarde al trabajo. Por más cansancio que sientas, es mejor que te levantes de un solo, tomes una ducha y te dispongas a salir con una buena actitud.

Encuentra un  momento para relajarte: Aunque tu día sea muy atareado, siempre puedes encontrar un momento para darte una escapadita. No es necesario que visites la playa o una montaña, puedes tomar 15 minutos para un café o hacer una llamada que te haga olvidar tus preocupaciones.