La jubilación puede ser un buen momento para adoptar un perro. Las personas mayores son buenos cuidadores de estos animalitos porque reúnen todas las condiciones: tienen mucho tiempo y experiencia de vida, y muchos de ellos están además en buenas condiciones físicas.
Un perrito puede ayudar a que esto se mantenga durante mucho tiempo así, ya que las mascotas obligan a moverse todos los días y salir al aire libre a pasearlas.
Además, tener una mascota ayuda a la socialización: al sacar a pasear al perro, se conocen a otros dueños de mascotas con los que se pueden entablar conversaciones.
El efecto beneficioso de las mascotas en las personas mayores está incluso demostrado científicamente. Al acariciar un perro se libera una hormona conocida como oxitocina, que contribuye al bienestar y reduce miedos, estrés y el riesgo de depresiones.
A veces son una buena elección los animales adultos, que son menos activos. Los cachorros dan mucho trabajo y deben ser educados primero. En cambio, los perros pequeños y poco problemáticos son ideales para las personas mayores: deben ser animales sociables y mimosos, poco defensivos y agresivos.
Los amantes de los gatos también pueden desempeñar un papel en los refugios como "acariciadores" de los animalitos. La idea es mimarlos, jugar con ellos o peinarlos.
Un gato también puede ser una buena compañía para una persona mayor en su casa. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los gatos también demandan cierto trabajo, empezando por limpiar a diario los cajoncitos donde hacen sus necesidades si se vive en un apartamento. Tampoco hay que olvidar que suelen vivir más que los perros.
Fuente: dpa