Si tu hijo o hija tiene una vida sedentaria, pasa horas frente al televisor o entretenido en algún aparato de videojuegos, sin realizar ninguna actividad física y, además, tiene malos hábitos alimenticios, debes saber que corre el riesgo de desarrollar diabetes infantil, la segunda enfermedad crónica más frecuente en la infancia.
Cuando la diabetes comienza durante la infancia (insulindependiente), se produce por un inadecuado suministro de insulina, hormona que conduce el azúcar dentro de las células del cuerpo. Sin insulina las membranas de las células no permiten el ingreso de la glucosa.
La diabetes de tipo 1 o diabetes juvenil, en la mayoría de casos se detectan en menores de edad, sus causas de desarrollo varían pueden ser hereditarias y por diversos factores.
Casos en incremento
Cada vez el porcentaje de niños diabéticos aumenta de forma directa y proporcional con la cantidad de niños obesos en los últimos años. Según la pediatra endocrinólogo de la Escuela de Medicina de California, San Diego, Jane Kim, “se ha visto un gran incremento en las tasas de obesidad pediátrica, los niños están llegando con diabetes a la adolescencia, una enfermedad que hasta hace poco era exclusiva de adultos.
En ese sentido, Kim señala que la diabetes “en los niños parece ser más agresiva que en los adultos”. Además, “en los adultos, puede no haber un largo período entre el diagnóstico y cuando se producen complicaciones. En cambio, las complicaciones en niños pueden ocurrir a pocos años del diagnóstico”, afirma la pediatra.
Además, los investigadores de la Asociación Americana de la Diabetes han encontrado que los menores que desarrollan diabetes a menudo responden mal a la Metformina, medicamento común para el tratamiento de la enfermedad, lo que conlleva a cambiar esta píldora por las inyecciones de insulina.
Síntomas
- Sed intensa
- Necesidad de orinar con frecuencia
- Pérdida de peso
- Visión borrosa
A pesar de que la diabetes tiene distintos orígenes, prevenir que se desarrolle en los niños y niñas es tarea de los padres. Desde el nacimiento se recomienda la lactancia materna por encima de los alimentos artificiales que pueden tener niveles de azúcar innecesarios en esta etapa.
También, mientras van creciendo, es necesario que en la alimentación se priorice la ingesta de frutas y verduras, evitando al máximo consumir comidas saturadas en azúcar y que los padres acompañen a sus hijos a realizar actividades físicas.
Algunas de las complicaciones en la adultez son:
- Pérdida de visión
- Infarto
- Hipertensión
- Derrame
- Impotencia sexual
- Enfermedades pulmonares
- Insuficiencia renal