El nacimiento de un hijo o una hija es algo hermoso que tanto el padre como la madre esperan; sin embargo, a medida se acerca el parto, la madre debe contemplar la posibilidad de dar a luz por cesárea o de forma natural.
En el caso de la cesárea implica una cirugía mayor y como tal implica muchos riesgos. La cesárea es una operación en donde se extrae al feto mediante la incisión del abdomen.
¿Suena doloroso? En realidad muchas mujeres prefieren esta alternativa, pero requiere muchos cuidados adicionales.
La primera de ellas es que la hospitalización se va a alargar uno o dos días. Al estar de nuevo en casa, no se debe olvidar que además de estar adaptándose a la vida con un recién nacido, se encuentra en período de recuperación de una cirugía mayor.
Es aconsejable levantarse y tratar de caminar sin hacer grandes esfuerzos pasadas las primeras 24 horas de la operación, para poner en movimiento los intestinos. Existen algunas posiciones que le resultarán más cómodas, como recostarse de lado y colocarse una almohada en el área de la incisión.
Como cualquier otra cirugía, luego que desaparecen los efectos de la anestesia podrá sentir algo de dolor, se recomienda tomar los medicamentos indicados por su médico. Considere esperar media hora después de tomar el medicamento para amamantar al bebé.
Cuando la madre ya se encuentre en su hogar, se recomienda que descanse tanto como le sea posible durante las primeras semanas. Los músculos abdominales necesitan tiempo para recuperar su fuerza y flexibilidad, por lo que no piense en reanudar sus actividades normales, evite levantar objetos pesados.