Nadie puede dudar de los beneficios que nos aporta la actividad física. El ejercicio físico cuida de nuestro cuerpo, lo fortalece y ayuda a que se conserve joven durante más tiempo. Pero quizá, lo que todavía no tenemos tan claro, es cómo contribuye el ejercicio al cerebro. Conseguir una 'mens sana' no se logra únicamente cultivando la materia gris, el deporte es un agente importante que nos ayudará a alcanzar nuestro cometido.

Nos aleja del 'fantasma de la depresión'

La actividad corporal ayuda a mantener a raya las depresiones y la ansiedad gracias a la segregación de endorfinas, la hormona que se asocia al estado de felicidad y que está directamente relacionada con el ejercicio físico. De hecho, existe un estado conocido como 'runners high', que no es otro que la euforia que experimenta el corredor tras realizar una larga carrera. En concreto, recientes estudios señalan que el desarrollo de los músculos libera al cuerpo de la depresión al convertir la quinurenina, sustancia que acumulamos en momentos de estrés, en ácido quinurénico, incapaz de llegar al cerebro.

Nos salva del deterioro cognitivo

Por otro lado, el ejercicio físico nos mantienen alejados de enfermedades que son consecuencia de un deterioro cognitivo causado por un envejecimiento del músculo cerebral, como son la demencia o el Alzheimer. Según diferentes estudios, se ha podido demostrar que los beneficios que la actividad física puede aportar a la demencia se desarrollan en tres líneas: como elemento preventivo, como tratamiento terapéutico complementario o previniendo las secuelas de la enfermedad en fases avanzadas. Durante la práctica física el flujo de la sangre llega con mayor fuerza al cerebro, lo que ayuda a prevenir el deterioro cognitivo causante de la aparición de estas dolencias.

El ejercicio nos aleja de las adicciones

Pero además, el ejercicio físico también ayuda a que el cerebro mantenga a raya a las adicciones. ¿De qué manera? Muchas de las características que tiene el deporte son parecidas a las que compone el mundo real. Caer en adicciones es, muchas veces, consecuencia de no tener habilidades para afrontar la vida. Practicar deporte forja el carácter, crea la necesidad de superarse continuamente a uno mismo y, esto, ayuda a levantarse después de una derrota y a limitar las frustraciones. Además, practicar ejercicio físico motiva a seguir pautas de conducta saludables, como tener una buena alimentación y alejarse de las sustancias que son nocivas para el cuerpo.

Tal y como señala el artículo de Centelles Badell sobre el factor rehabilitador del ejercicio en personas con adicciones, la actividad física sería un factor importante para rehabilitar a una persona adicta, ya que conseguiría paliar los efectos que la adicción ha provocado en el individuo sobre todo en lo referente a la motricidad, aspecto imprescindible para el desarrollo intelectual y socio afectivo.

Entrenar el cuerpo para entrenar la mente

Tenemos claro que el ejercicio físico ayuda al cuidado y la prevención de problemas relacionados con el cerebro. Sin embargo, no es tan conocido que la actividad física sirva como entrenamiento para la realización de actividades mentales. En ese sentido, tal y como comenta la jugadora de poker Nilda Cerna en su artículo “Poker y Crossfit, 10 puntos en común”, entre el deporte y el juego de cartas hay muchos elementos en común, por lo que la práctica de uno ayuda a desarrollar un mejor juego en el otro. Cerna señala, entre otros, que el crossfit ayuda a prepararte para los diferentes ritmos de juegos que se dan en el poker o a superarse a uno mismo en cada entrenamiento, lo que ayuda a un mayor desarrollo de la fuerza mental.

Como el ejercicio físico ayuda a que el cerebro cumpla con sus actividades, también es importante para que los niños obtengan un mejor rendimiento escolar. Los niños que practican algún deporte tienen mejores resultados en la escuela que aquellos que son sedentarios, ya que la capacidad de memoria y la atención aumentan cuando hay un mayor flujo sanguíneo al cerebro.

El deporte sirve como analgésico

Practicar deporte no solo ayuda al desarrollo de manera óptima de actividades propias del cerebro, también entrena a la materia gris a estar más preparada para aguantar altos umbrales de dolor. Cuando realizamos algún tipo de ejercicio físico, el cerebro se va acostumbrando a disminuir la sensibilidad al dolor a medida que la intensidad de la actividad física va aumentando. Un estudio publicado en Medicine & Science in Sports & Exercise, además, señala que el efecto analgésico que produce la práctica de una actividad física continua después de que se haya terminado, limitando el consumo de analgésicos.

Nadie puede negar los efectos positivos que el ejercicio le aporta a nuestro cuerpo. Además de conservarnos jóvenes, ayuda a que podamos vivir con una mayor calidad de vida. Los beneficios de la práctica del deporte nunca han sido pocos pero, ahora, aumentan si comprobamos lo que aporta también a nuestro cerebro, quizá el músculo más importante que tengamos.