El peso es algo variable, pero una talla adecuada es señal de una buena salud, afirma la endocrinóloga pediatra Susana Soto.
¿Ha notado que su hijo es el más chico de su clase? ¿o que el hermano menor es de la misma estatura que él? ¿le compra ropa en tallas que no corresponden a su edad? Ponga mucha atención, porque estas son las primeras señales de que algo malo está ocurriendo con la estatura de su hijo.
“Generalmente los padres suelen preocuparse mucho por el peso de sus hijos, pero esto en los primeros años de vida es muy variable, una gripe o una diarrea puede modificarlo rápidamente, pero si no está creciendo adecuadamente es porque hay algo que lo está afectando y puede ser alguna patología o enfermedad crónica”, indicó la endocrinóloga pediatra Susana Soto, durante el Primer Simposio Regional de Trastornos del Crecimiento, realizado recientemente en Cancún, México, cuyo lema fue “Medir la talla es medir la salud”.
Para tener una idea más clara, la Organización Mundial de la Salud maneja curvas de crecimiento para cada edad, es así como cada vez que consulta con el pediatra, él debe verificar que su hijo está creciendo de acuerdo con estos parámetros estandarizados.
En el primer año de vida, el bebé crece un promedio de 24 centímetros por año, en el segundo, 12 y en la etapa escolar, crecen aproximadamente cinco centímetros al año, especifica Joalice Villalobos, endocrinóloga pediatra.
Durante los primeros dos años de vida del bebé es fácil llevarle un control, hay vacunas y consultas frecuentes con el pediatra, pero una vez se termina el esquema de vacunación, los padres muy rara vez continúan monitoreando la salud de los niños, “el déficit de crecimiento lo notan hasta muy tarde”, asegura Soto.
¿Qué hay detrás de un niño que no crece bien?
Ahora bien, entre tantas hormonas desarrollándose, la encargada del crecimiento es la denominada HC, conocida también como Hormona del Crecimiento y la glándula que la produce es la hipófisis, ubicada justo en la base del cráneo (hipotálamo). Cuando la hipófisis no produce la suficiente cantidad de HC, el niño presenta un crecimiento lento y muy por debajo de la curva.
Para saber exactamente qué es lo que pasa, Villalobos explica que primero se hace una revisión de la estatura de los padres, luego se toma una radiografía de las manos del niño para determinar la edad ósea (que no es lo mismo que la edad 'real' o cronológica) se le solicitan muestras de niveles de hemoglobina, se indaga sobre las condiciones generales de salud, hábitos alimenticios y finalmente detectar si hay alguna enfermedad o patología que la está provocando como el síndrome de Cushing, diabetes, insuficiencia renal, hipotiroidismo, entre otras; aunque la mayoría de las causas frecuentes de la talla baja están relacionadas a la genética de la familia, al grupo étnico al que pertenecen, a una inadecuada alimentación, desnutrición, pobreza o incluso a los hábitos de salud de los niños (no se ejercitan por lo menos una hora al día), detalla Soto. En muchos de los casos, no se logra identificar el porqué la hormona no se está produciendo.
La diferencia entre la edad ósea y la edad real
Durante los primeros tres años del niño, es cuando se produce el mayor crecimiento, después baja su velocidad y se mantiene hasta llegar al “estirón” de la pubertad, aclara Soto. A medida que el niño va creciendo, su esqueleto también lo hace, pero no al mismo ritmo y esta es la razón por la que hay niños más altos y otros más pequeños.
Un ejemplo: la edad real (o cronológica) de un niño puede ser de 6 años, pero su edad ósea es de 4 años y medio; es decir, la maduración de los cartílagos y calcificación de los huesos aún no es de la de un niño de seis años. Esto se ve claramente en la radiografía de las manos, cuando hay un espacio entre cada cartílago, cuando no existe ese vacío, el hueso ya no puede estirarse más.
Sobre la hormona del crecimiento
Mientras más baja sea la edad ósea del niño más efectivo será su tratamiento. El tratamiento indicado para los casos de talla baja son las inyecciones de Hormona de Crecimiento (siempre y cuando el trastorno se deba a un déficit de la HC).
Una de las más conocidas y recomendadas es Norditroprin de los laboratorios Novo Nordisk y es una hormona de crecimiento biosintética que es muy idéntica a la que el cuerpo produce de manera natural.
"La edad ideal para iniciar el tratamiento debe ser entre los tres o cuatro años, mientras que la máxima es de 14 años para las niñas y 16 o 17 para los niños". Joalice Villalobos.
El tratamiento de la hormona del crecimiento es a largo plazo y usualmente tiene un precio alto, pero su efectividad es perceptible desde el primer mes de su aplicación, afirma Soto; “el paciente crece un promedio de ocho centímetros al año”.
Aunque no lo parezca, la baja estatura además de detectar a tiempo algunas enfermedades, es un motivo de problemas psicológicos para quien los padece. “Los niños sufren burlas o problemas de autoestima”, señaló Soto.
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