¿Realidad o mito? Gracias al avance de los estudios anatómicos y científicos, se ha llegado a corroborar la existencia en la mujer de una zona dentro de la vagina llamada el punto G que, si se estimula, le causa mucho placer. Pues en el hombre también se da ese punto, concretamente en el área de la próstata, aunque todavía no hay resultados concluyentes sobre la certeza de esta tesis.
El punto G masculino
También llamado punto P (de próstata), al parecer es el resultado de estimular la zona anal y la próstata durante la relación sexual. Ello provoca en el hombre una sensación de orgasmo distinto al habitual, intenso, visceral y algo más difuso, sin llegar terminar en eyaculación. Parece ser que la sensibilidad de las áreas mencionadas son el equivalente a las del cuello del útero y el fondo de la vagina en la mujer.
¿Cómo encontrar el punto G masculino? La zona erógena de la próstata se halla a unos siete centímetros del ano, cerca de los genitales. Tiene un tamaño aproximado de una nuez y la sensación al tacto es la de un pequeño bache. Dado que explorar esa cavidad en el hombre es un tema cuanto menos delicado, es importante hacerlo despacio, con suavidad, y sólo si hay pleno consentimiento. Esta práctica sexual está rodeada de polémica, dado que a pesar de la liberación sexual que se ha conseguido a día de hoy, se sigue relacionando con la homosexualidad y falta de hombría.
El punto G y la eyaculación precoz
Es posible, sobre todo en las primeras ocasiones en las que se realice, que el hombre llegue al orgasmo de manera demasiado rápida si se le estimula en el punto G. Si ya lo hacía incluso antes de comenzar a explorar esta zona dentro de la gama de juegos sexuales, es probable que exista una disfunción que deba ser tratada. Existen muchos medicamentos en pastillas que ayudan a retrasar el momento de la eyaculación, prolongando la duración del coito y permitiendo un mayor tiempo de disfrute con la pareja.
Fuente: es.euroclinix.net/blog