En el vientre materno, el pequeño se sentía a gusto en la llamada postura fetal que consistente en redondear la espalda, recoger los brazos y doblar la cabeza hacia delante. Desde el momento en el que nace, su cabecita y su espalda caen hacia los lados y sus extremidades tiran hacia abajo. ¡Ayúdale a mantener el equilibrio!
El bebé tiene que aprender a mantener el equilibrio, lo que ocurrirá progresivamente a lo largo del primer año. Puedes ayudarle con estos juegos:
1. ¡Estoy aquí!
Ponte a su nivel para que te vea bien la cara, y llama su atención hablándole, cantándole o haciendo muecas divertidas. Esto lo obligará a erguir su cabecita y mirarte, lo que desarrolla su movilidad y la fuerza de su cabecita.
2.¡Oh, mira!
Coloca juguetes pequeños sobre en el suelo y siéntate en ella con el bebé. Para ayudarle a permanecer sentado, colócalo sobre tus rodillas y sujetalo suavemente por las axilas. Después, muéstrale los objetos uno a uno y deja que los manipule con sus manitas. Con este juego el pequeño empezará a controlar su postura. Las primeras veces no debes hacer este ejercicio durante más de 5 minutos ya que el niño podría cansarse.
3. ¡Arre, borreguito!
Todo un clásico. Para este juego, es necesario que el pequeño pueda mantenerse sentado. Colócate en una silla y sienta al bebé mirando hacia ti con sus piernas abiertas colgando cada una a un lado de tu pierna. Sujetalo con mucho cuidado por debajo de sus brazos y mueve la pierna hacia arriba y abajo al son de una canción. Ve subiendo lentamente el ritmo de la canción para que haya mayor movimiento. Con este juego incrementas su control motor y su sentido del equilibrio.
Fuente: padresehijos.com.mx