Un hombre con la médula espinal completamente seccionada ha vuelto a caminar tras un tratamiento pionero realizado en Wroclaw (suroeste de Polonia), en el que un equipo de médicos polacos y británicos injertó células de la narizdel paciente en su espalda.
“Los médicos me dijeron que no volvería a caminar", relató el búlgaro de 38 años Darek Fidyka, quien hace cuatro años se quedó paralítico tras ser apuñalado por la espalda por el ex marido de su pareja.
Durante una rueda de prensa ofrecida hoy en la clínica de neurorehabilitación Akron, en Wroclaw, Fidyka mostró los resultados del tratamiento caminando ante los periodistas con la ayuda de un estabilizador, aunque se espera que su movilidad mejore tras la rehabilitación.
"Te sientes perdido cuando no puedes sentir la mitad de tu cuerpo, pero cuando comienza a moverse es como empezar de nuevo, como si se volviese a nacer", explicó el paciente.
"Ahora puedo mover la pierna izquierda, tengo más sensibilidad en la pierna derecha, siento el calor y el frío, han regresado diferentes sensaciones fisiológicas y sexuales y pienso que puedo
llegar a conducir de nuevo", añadió.
Los doctores que operaron a Fidyka anunciaron hoy que recibirán a nuevos voluntarios con lesiones similares a las del paciente búlgaro para probar este tratamiento, que calificaron de "histórico".
"Para las próximas etapas de nuestra investigación tendremos a pacientes que también hayan sufrido una lesión en la médula espinal causada por un objeto punzante, como un cuchillo o un machete" dijo Wlodzimierz Jarmundowicz, neurocirujano de Wroclaw que formó parte del equipo polaco-británico que trató a Fidyka.
"Hay una pequeña luz al final del túnel, pero tenemos que desarrollar el tratamiento en dos o tres pacientes más para poder comprobar con certeza los resultados y convencernos de que puede ser beneficioso para más personas", señaló Jarmundowicz en la misma rueda de prensa.
La técnica pionera se basa en el trasplante de células de la cavidad nasal en la médula espinal del paciente para construir una especie de "unión de nervios" entre los dos extremos de la columna vertebral dañada.
El pionero de esta investigación es el británico Geoffrey Raisman, profesor del Instituto de Neurología de la Universidad de Londres, quien ha colaborado en el tratamiento con los cirujanos del Hospital Universitario de Wroclaw. EFE