Una británica de 39 años sorda de nacimiento ha podido oír por primera vez, gracias a unos implantes de cóclea.
Joanne Milne -procedente de Gateshead, Newcastle (noreste de Inglaterra)- nació sorda a causa de una rara enfermedad genética, denominada síndrome de Usher, que además le provocó pérdida de la vista cuando se encontraba en la veintena.
La mujer, que se ha dedicado a ayudar a otras personas con la misma enfermedad, fue operada el pasado mes en el Centro de Implantes de las Midlands, del hospital Queen Elizabeth en Birmingham (centro de Inglaterra), donde le colocaron el implante, que fue activado hasta el lunes pasado para comprobar los resultados.
El momento de la activación del implante -grabado en vídeo a través de un teléfono móvil y difundido por varios medios locales- es de gran carga emotiva: Milne oye por primera vez en su vida la voz de una enfermera recitándole los días de la semana y llora emocionada.
El implante de cóclea, un dispositivo electrónico que se implanta a través de cirugía, proporciona a personas con sordera la capacidad de percibir sonidos y oír ruidos gracias a la estimulación de los nervios de la audición.
La calidad del sonido, menos nítido que la audición natural, ha permitido no obstante que los pacientes oigan ruidos medioambientales y participen en conversaciones a través de señales generadas por el implante y enviadas al cerebro, que las reconoce como sonidos.
Tremayne Crossley, un amigo de Milne, grabó una "cinta para la memoria" ("memory tape") que mandó al programa de radio de la BBC 6 de Lauren Laverne, con canciones elegidas para cada año de vida de Milne como "Silly Love Songs" de Paul McCartney, "Running Up That Hill" de Kate Bush, "When Doves Cry" de Prince y "Fast Car" de Tracy Chapman, entre otras.
"Acabo de ver el vídeo de cuando activan el implante y (Milne) escucha por primera vez. El estudio se inundó de lágrimas", publicó en su cuenta de la red social Twitter la presentadora Lauren Laverne.
Milne, que espera poder hablar por teléfono y escuchar música en el futuro, tendrá que pasar por un proceso de adaptación a los implantes, ya que el volumen de sonidos se irá aumentando paulatinamente para permitir que el cerebro se ajuste a la información procedente del oído.
Según datos oficiales divulgados por el Gobierno de Estados Unidos a fecha de diciembre de 2012, unas 324,000 personas se han beneficiado de los implantes en todo el mundo. EFE