Los trastornos de esta glándula son frecuentes pero "se esconden" en síntomas poco claros. Lo primero es ir al médico; lo segundo, cuidar lo que comes.
SÍNTOMAS PARA ESTAR ALERTA
Una ronquera que tarda semanas –o incluso meses– en desaparecer, sentirte muy cansada nada más despertar, notar que ninguna dieta (por saludable y equilibrada que sea) logra que bajes de peso, no sudar nunca, tener la cara hinchada o sufrir estreñimiento pueden estar avisándote de que tu glándula tiroides (situada en el cuello) trabaja a ritmo lento.
- El hipotiroidismo, en todas sus versiones, es muy común hoy en día y los expertos saben que hay muchísimas más afectadas que las mujeres que ya han sido diagnosticadas.
- Si notas varios de los síntomas que hemos mencionado al principio, acude a tu médico y, como medida de precaución, ten especial cuidado con los alimentos y los hábitos que te explicamos en estas páginas. Te avanzamos que el primer alimento a reducir es la soja. Sus isoflavonas impiden, sobre todo a partir de los 50 años, que tu organismo fabrique las hormonas tiroideas.
Ten en cuenta que muchos hipotiroidismos se detectan a partir de los 50 años: algunos síntomas suelen confundirse con signos de la menopausia.
Café con moderación
Beber dos tazas al día te aporta múltiples beneficios, incluso mejora tu circulación.
- Pero si padeces hipotiroidismo (tu tiroides va lenta) y te estás medicando, no mezcles el fármaco con café porque impide su absorción. Deja pasar, al menos, dos horas.
- Tampoco debes mezclar si sueles tomar antiácidos o suplementos de hierro o de calcio.