La obesidad es una enfermedad que afecta gravemente la calidad de nuestra vida. Pero ¿peligra sólo su calidad o también su duración? Estudios demuestran que ciertos hábitos alimenticios pueden reducir la esperanza de vida hasta en doce años. Te presentamos las cinco comidas que lenés que evitar si quiere ver crecer a sus nietos:
1. Hamburguesas y papas fritas
Una hamburguesa corpulenta tiene alrededor de 800 calorías. Las papas fritas, alrededor de 500. Sin contar la bebida, ya tenemos ¡1200! calorías que ingerimos sin pensarlo dos veces en los cuarenta minutos del almuerzo, sumadas al alto contenido en grasas y conservantes. No es difícil imaginar que la comida rápida ayude a quitarnos un par de años de vida.
2. Gaseosas
¿Qué es una gaseosa? Azúcar, químicos especiales para convertirnos en adictos y el gas que las diferencia de cualquier jugo en botella. Nada más. No tienen nada útil para el cuerpo en su composición. Una lata de gaseosa tiene más de 100 calorías que van a parar directamente a los cuatro kilos que se pueden aumentar por año gracias a este tipo de bebidas.
3. Dulces
Las tortas, las golosinas, los chocolates… todos estos alimentos están hechos en base a un ingrediente fundamental: el azúcar. Los azúcares son difíciles de digerir para nuestro organismo, a quien le cuesta mucho desintegrar cada partícula de ellos. Consumir dulces con regularidad no sólo conduce a la obesidad sino también a la diabetes, además de los problemas odontológicos que todos conocemos.
4. Carne roja
La carne roja es una fuente importante de grasas saturadas y colesterol. Si el lunes comés un bife, el martes una hamburguesa casera, el miércoles albóndigas, el jueves lomo al horno y el fin de semana un asado, no esperes llegar a los cincuenta con mucho menos que presión alta, cáncer de colon y tres preinfartos en tu historial médico.
5. Comidas congeladas
Estas cajitas que vemos en el super y prometen hacernos la cena en cinco minutos están llenas de químicos y conservantes que permiten mantener las comidas intactas en el freezer durante largos períodos de tiempo. Sin embargo, esos minutos que ahorramos en cocinar algo casero puede costarnos mucho más en el futuro: son productos altos en sodio, calorías y que no tienen ni una pizca del valor nutricional que aportan las comidas verdaderas.
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