1. Comer mientras conduces atenta contra cualquier dieta
Las opciones siempre son hiper calóricas indica el doctor Steven Aldana, autor de “The Stop & Go Fast Food Nutrition Guide”. A esto se suma que comes con una carga de estrés que no ayuda a digerir bien.
2. Abrir todo el tiempo el refrigerador.
El refrigerador debe servir tan solo para pegar en la puerta las metas de tu dieta. Según Aldana, el hábito de abrirla constantemente es un “auto boicot”. Miras, miras, hasta que algo comes, y seguramente no sea lo más adecuado para tu plan de adelgazamiento.
3. Comer mientras cocinas
Con la excusa de probar “cómo sabe el platillo”, muchas mujeres caen en la trampa de llenar el estómago antes de sentarse a la mesa. Picar mientras uno cocina, aseguran los nutricionistas, es uno de los malos hábitos más frecuentes, que agregan calorías “involuntarias” a la ingesta diaria.
4. Saltarse las comidas
Otra trampa frecuente. Un análisis de la Calorie Control Council halló que el 17 por ciento e personas se saltaban comidas con la falsa esperanza de adelgazar. Sin embargo, el efecto es el opuesto: un estudio del American Journal of Epidemiology demostró que los que saltan las comidas tienen un 4.5 más de riesgo de ser obesos.
5. Picar entre comidas
Este hábito conocido en inglés como “snacking” conlleva no sólo al aumento de peso, sino también a desórdenes estomacales. Al estar picando permanentemente, el organismo no logra finalizar el proceso digestivo de una comida, y se altera el biorritmo, entre otros trastornos.
6. Decir siempre que “es la última vez”
En el 99% de los casos, aseguran expertos como Goulding, esta frase no se cumple. Para hacer una dieta en serio, hay que pasar por un largo período de abstinencia de ciertas comidas como tortas súper cremosas, frituras, y una larga lista más.
7. Comer en secreto
Una de las estrategias más comunes para sabotear los objetivos de una dieta… y que nadie se entere. Una encuesta realizada por la compañía LighterLife de Gran Bretaña entre 2,000 mujeres que estaban haciendo dieta, reveló que el 36% comía alimentos prohibidos, en secreto.