
A pesar de ello, la tasa de supervivencia del melanoma en estadios iniciales es mayor del 90%, mientras que en las fases más avanzadas la supervivencia desciende al 15%. Por eso es fundamental un diagnóstico precoz que se consigue analizando nuestra piel.
La piel es nuestro órgano más extenso, requiere de un cuidado constante y la exposición prolongada al sol constituye uno de los principales factores de riesgo para desarrollar melanoma.
Los cambios en nuestra piel pueden ser el primer síntoma de melanoma. Por eso es importante analizar nuestros lunares y su apariencia.
Aquí te dejamos el ABCDE del melanoma para que acudas a tu dermatólogo si aprecias algunos de estos síntomas:
A: Asimetría
B: Borde irregular, ondulado o mal definido
C: Variación del color
D: Aunque el diámetro del melanoma suele ser grande (6mm) puede ser más pequeño al principio
E: Evolución o cambio en tamaño, forma o color