¡Café para un día caluroso! Aquí te explicamos cómo hacer el 'cold brew', la bebida que está de moda

El cold brew no es una moda pasajera. Esta infusión de café en frío -más suave, menos ácida y sin el clásico amargor- ha conquistado cafeterías de medio mundo y se ha convertido en una de las opciones más deseadas entre quienes quieren disfrutar del café sin que resulte agresivo al paladar.

Aunque su auge internacional es relativamente reciente, sus raíces son sorprendentes. Según la web Café El Criollo, el método nació en el Japón del siglo XVII, donde se aplicaba originalmente al té. Fue a mediados del siglo XX cuando empezó a ganar terreno en el mundo del café, especialmente en Estados Unidos, hasta convertirse hoy en una de las estrellas del menú en cadenas y cafeterías especializadas de todo el planeta.

Su éxito se debe, en gran parte, a un método de preparación que evita el exceso de amargor y conserva las notas dulces y aromáticas que suelen perderse con la extracción en caliente. "Es ideal para quienes buscan un café menos ácido y más fácil de digerir", afirma la creadora de contenido especializada @cafe.envena.

Y lo mejor es que no hace falta ser barista para prepararlo: con pocos ingredientes y algo de paciencia, también se puede hacer cold brew en casa.

INGREDIENTES Y MODO DE PREPARACIÓN

DIFERENCIAS ENTRE COLD BREW Y CAFÉ FRÍO O CON HIELO

Aunque a simple vista puedan parecer iguales, el cold brew no debe confundirse con otras formas de café frío como el café con hielo tradicional o el flash brew. Según el medio especializado en contenido cafetero Perfect Daily Grind, cada uno tiene un método de preparación y un perfil de sabor distinto.

En España, lo más común es pedir un café tipo expreso caliente y verterlo sobre un vaso con hielos. Es rápido y refrescante, pero también tiende a acentuar el amargor y diluir el sabor. El flash brew, en cambio, se prepara con café filtrado caliente que cae directamente sobre hielo, conservando mejor los aromas, pero sin reducir la acidez.

El cold brew se elabora por inmersión lenta en frío durante varias horas, lo que extrae sabores más dulces y suaves, reduce la acidez y evita el amargor. Por eso, es ideal para quienes quieren un café más ligero y fácil de digerir.

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