Descubre el potencial preventivo que tiene la espinaca

El poder nutritivo de la espinaca radica en su alto contenido en vitaminas y minerales: 100 g de esta verdura aportan dos tercios de las necesidades diarias de vitamina A, la práctica totalidad del ácido fólico, la mitad de la vitamina C y la cuarta parte del magnesio y el hierro que se precisan al día.

Un error de transcripción en la medición de sus nutrientes llevó a pensar durante muchos años que contenía diez veces más hierro del que contiene en realidad.

Aun así puede considerarse bastante rica en este mineral y su fama como verdura saludable es totalmente merecida.

Además, procura calcio, fósforo, azufre, clorofila, oligoelementos, enzimas y fibra. Sus proteínas (2,8%), aunque no son muy abundantes, son más completas que en otras hortalizas.

El correcto abono de los cultivos es esencial para que la espinaca adquiera los nutrientes que la caracterizan. Aportes excesivos de fosfato incrementan la cosecha, pero disminuyen algunas vitaminas, el potasio, el calcio, el magnesio y el azufre.

La espinaca de "crecimiento acelerado" resulta, pues, menos nutritiva que la de cultivo ecológico.

Beneficios

El jugo de espinacas ha mostrado su eficacia en estados de convalecencia y para mejorar la anemia.

Sin embargo, la espinaca no conviene a personas propensas a los cálculos renales, gota o artritis, ya que los oxalatos que contiene pueden favorecer estas afecciones.

El potencial preventivo y terapéutico de la espinaca es extraordinario. Su consumo habitual ayuda a prevenir ciertas enfermedades y mejorar estados carenciales. Se indica en casos de:

 

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