Para nadie es desconocido que para conservar una buena salud se necesita, entre otras cosas, una alimentación balanceada, evitar los malos hábitos, como el tabaco o el alcohol y mantener tu cuerpo en forma a través del ejercicio. Este último nos ayuda, además, a rendir más y mejor en nuestro diario vivir.
Nuestro cuerpo es una máquina y es importante no sobrecargarlo. Para nuestra fortuna, el mismo organismo nos lanza algunas señales que nos indican que estamos sobrepasando nuestros límites y que, lejos de tonificar el cuerpo, lo estamos fundiendo.
Pon mucha atención a estos signos porque posiblemente necesites bajar la intensidad de tu rutina de ejercicio.
- Dolores en la cabeza y mareos. En muchas ocasiones, estas señales están muy relacionadas a la deshidratación, por ello es vital que antes, durante y después de tu rutina consumas suficientes líquidos, de preferencia agua.
- Dolor en el pecho. La exigencia desmedida durante el ejercicio, ocasiona que exista una dificultad al respirar, aún cuando ya hemos terminado la rutina. Este malestar se debe a que el corazón realiza más contracciones y los pulmones envían menos oxígeno a la sangre.
- Dolor muscular. Para algunos es un dolor normal; sin embargo, cuando es imposible y dolorosa la acción de levantarnos de la cama, hay que poner mucha atención. Para evitarlo, debes tomar agua y hacer un buen calentamiento antes del ejercicio.
- Factor psicológico. La desmotivación y la falta de ganas de continuar con el ejercicio (la pereza) puede ser un indicio que tu cuerpo no soporta más la carga que le das. También se considera una señal de peligro que sientas preocupación o angustia cuando no haces ejercicio.
Los daños a tu salud no se quedan ahí: si practicas ejercicio excesivo podrías ocasionarte lesiones graves como desgarros, contracturas y fracturas. Recuerda que todo en exceso es malo.