Él es el Dr. Eclissi di Sole, regalando el don de la felicidad en una de sus visitas. Foto: Fábrica de Sonrisas.

Desde el año 2012, la Organización de Naciones Unidas (ONU) decretó que cada 20 de marzo se celebrara el Día Internacional de la Felicidad para reconocer que en todo el mundo la felicidad puede ser una aspiración para todos los seres humanos.

En El Salvador, en el año 2011, nació un personaje que por poco más de cinco años ha llevado y contagiado de esa alegría a personas de todas las edades: desde los más niños hasta las personas que han alcanzado la vejez.

Se llama Dr. Eclisse di Sole. Suele vestir una bata blanca, como la del doctor; una nariz roja, como la de un payaso, y una corona, como la que ocupan los reyes.

Este personaje, que ha trabajado durante un lustro en Fábrica de Sonrisas, recarga cada fin de semana “su cajita” de felicidad. Son los niños, los ancianos y cualquier otra persona que esté necesitada de alegría su principal motivo para seguir contagiando al mundo de un sentimiento tan necesario en el mundo.

"Como doctor, mi felicidad está en la visita. En Fábrica de Sonrisas nos han enseñado que es visitando que se ama a la gente, somos gente amando gente, somos una revolución que queremos contagiar a los demás para lograr la felicidad ajena y la propia", contó.

“Todo el mundo cree que en Fábrica de Sonrisas solo atendemos a pacientes, pero no. En Fábrica de Sonrisas vamos al familiar que ha estado en vela o, como yo digo, al pie de la cruz. Que ha sufrido tanto o más de ver a su gente”.

Dr. Eclissi di Sole

El Dr. Eclissi di Sole cuenta con una medicina que es infalible para cualquier ser humano: la risa.  Él mismo ha sido testigo de cuánto ayuda la alegría a que las personas puedan sentirse mejor y sientan la compañía de alguien que de verdad les importa.

“Hay un asilo en Santa Tecla que visitamos y es mi lugar favorito y está mi señora favorita; tiene alzheimer. Pero ella por el tratamiento que recibe, por el acompañamiento que se le otorga, no ha retrocedido, pero se ha detenido. Cuando llegamos está emocionadísima de vernos, pregunta por mí, porque soy el que le Luna de Xelajú… Para mí, ella es mi Luna de Xelajú”, detalló con una enorme sonrisa.

Sin embargo, este personaje no vive en otro planeta, vive en el mundo que todos compartimos y que se nota que carece de felicidad, de paz y tranquilidad. Así como convive con personas que reciben su alegría, se ha dado cuenta de la dificultad que la humanidad enfrenta; una humanidad que el mismo califica como “materialista”.

Este es un grupo de los doctores de Fábrica de Sonrisas. Foto: FDS.

“Ser feliz es fácil porque con pequeñas cosas se logra, pero es difícil mantenerla. Dentro de la felicidad no cabe el egoísmo. El mundo necesita mucha felicidad. La gente no es feliz porque no ve o no disfruta lo poco que tiene, sino que aspira a lo que no tiene”, reflexionó.

El Dr. Eclissi di Sole es solamente uno de los más de 700 miembros de la asociación Fábrica de Sonrisas de El Salvador, que aglutina a personas que sin importar sexo, edad, creencia religiosa y estudios se unen para repartir felicidad.

Fábrica de Sonrisas ya lleva siete años en nuestro país, tiempo en el que ha atendido a miles de personas en hospitales, asilos, hospicios, orfanatos, centros psiquiátricos, entre otros.

Su objetivo principal: “Crecer”, no por tener más miembros, sino “para llevar felicidad a más personas”.